El ciclo vital de un libro: reproducción o muerte

Toda obra publicada tiene un ciclo vital: nace, crece y muere. Esto debemos tenerlo claro. A menos que seamos genios literarios, nuestro libro acabará siendo olvidado y, de la misma forma en que entró en el escenario y panorama editorial, acabará saliendo de él para dar paso a nuevos títulos y nuevos autores. Puede hacerlo más pronto o más tarde, pero irremediablemente lo hará. Podemos decir que su éxito va a ser proporcional al tiempo en que logre mantenerse en escena, como algo vivo, palpitante. Así es el mundo literario y editorial y así es la realidad. Claro que nosotros, como autores, contamos con estrategias para alargar su existencia y su tiempo lo máximo posible, pero de esto hablaré en otro artículo.

Las etapas de la vida de un libro son las siguientes: el embarazo, el parto, el nacimiento, la adultez y la vejez. Vamos ahora a ver de cerca cada etapa de este ciclo vital.

El embarazo: de la idea al manuscrito

A mí me gusta imaginar el proceso de escritura de un manuscrito como un embarazo. Durante este tiempo de gestación trabajamos nuestra obra, le damos la forma, la consistencia, el sentido, y la reescribimos, pulimos y corregimos las veces necesarias hasta convertirla en lo que queríamos. Finalmente, no olvidamos hacerle una buena ecografía y someterla a la revisión y corrección de estilo de un profesional para asegurar que todo está en orden. Así es cómo del embrión, de la idea, pasamos al feto, al manuscrito físico, a la obra real. Este feto ha madurado y se ha formado en el vientre de su propia madre, y ahora es un ser completo, con todas sus partes perfectamente construidas y todo lo necesario para vivir, listo para salir del vientre y enfrentarse al mundo, listo para ser presentado a las editoriales.

El parto: el manuscrito a la luz

Queremos el mejor parto, así que elegimos antes a qué clínica queremos acudir. No presentamos indiscriminadamente nuestro manuscrito a cualquier editorial, sino que elaboramos una propuesta de publicación y la hacemos llegar a aquellas editoriales en las que mejor encaja nuestra obra y que pueden asegurarnos un parto exitoso.

Aun tomando estas precauciones, sin embargo, y como con cualquier otro parto, puede que el de nuestro hijo se alargue mucho o que el bebé deba ser incubado, que el rechazo de las editoriales nos obligue a seguir perfeccionando nuestro manuscrito más y más, a fortalecer su corazón y a dar mejor forma a sus extremidades. La incubadora no detiene la ilusión de los padres de ver crecer a su hijo, y tampoco nos detiene a nosotros. El proceso puede ser arduo, pero hay que enfrentarlo siempre con actitud positiva y sin derrotismo.

El nacimiento: del manuscrito al libro

Finalmente, una editorial accede a publicarnos el manuscrito. La alegría no puede ser mayor: nuestro hijo ha conseguido sobrevivir. Sentimos un agradecimiento casi infinito hacia el médico que nos atendió, el editor que ha apostado por nuestro manuscrito y le ha dado una oportunidad en un mundo superpoblado en el que las defunciones son más necesarias que los nacimientos.

El nacimiento tiene dos etapas: la impresión y la precampaña por un lado, y el lanzamiento por el otro.

La impresión y la precampaña

Durante la impresión, se trabaja en las galeradas, en la maquetación y en la confección de la portada para convertir el manuscrito en un producto comercial, es decir, en un libro. Se trata de vestir y preparar a nuestro bebé para presentarlo al mundo.

Sin embargo, y respecto a la vida real, la presentación de nuestro hijo puede aquí demorarse bastante tiempo, pues el lapso entre la impresión y precampaña y el lanzamiento puede llegar a ser de un año. Todo dependerá del calendario editorial y de con qué frecuencia la empresa editora programe sus novedades. Además, varios factores pueden avanzar o retrasar el lanzamiento previsto de la obra (lanzamientos de la competencia, apuestas de última hora…).

La precampaña o promoción suele darse al mismo tiempo que la impresión. Mientras el libro aún se está manufacturando, el editor se reúne con el departamento comercial para hablarles de la novedad y sus puntos fuertes y atractivos, y con esta información los comerciales presentan la obra y la defienden ante las librerías para que adquieran ejemplares (muchas de ellas cursan pedidos con medio año de antelación a la fecha de lanzamiento). Por otro lado, el departamento de comunicación empieza a preparar la programación de actos para el lanzamiento, y a veces, en los casos de aquellos libros por los que se apuesta fuerte, intenta concertar entrevistas en determinados medios.

El lanzamiento

Ya tenemos a nuestro bebé listo: bañado, vestidito y hermoso. Las invitaciones han sido enviadas y todo está a punto para su presentación oficial. Es la hora del lanzamiento y nuestro hijo aparece por fin en la mesa de novedades, el espacio que le ofrece más visibilidad y el que atrae a más potentes consumidores.

La adultez: la estancia en librerías

Sin embargo, la permanencia de nuestro libro en la mesa de novedades no es indefinida. En caso de que llegue a ella (muchos libros van directos a las estanterías), dispondrá solamente de un mes para disfrutar el sitio. Luego deberá abandonarlo: si se ha vendido bien, será trasladado, durante los once meses restantes de año, a las estanterías, en posición vertical siempre, mostrando la portada si la librería cuenta con espacio o, lo más habitual, mostrando solamente el lomo; si se ha vendido mal, pasará directamente a las cajas de devoluciones.

En estos once meses de exposición vertical una obra todavía puede ser localizada, pero queda mezclada con otros miles de libros y su capacidad para darse a conocer no es ya la misma. Durante este período, nuestro hijo entra en la fase adulta y su futuro se va definiendo: si los once meses expiran sin que se logren vender los ejemplares del primer pedido, estos serán devueltos por el librero y regresarán al almacén de la editorial. Si, en cambio, se venden todos los ejemplares, la librería hará un nuevo pedido. En ese caso, la editorial irá sirviendo los pedidos hasta que agote la tirada inicial. En caso de que la demanda siga y las ventas superen por tanto las expectativas iniciales, el libro deberá reimprimirse:

• Reimpresión. Se trata de la reproducción del libro en una nueva tirada. Estos nuevos ejemplares aparecerán en la liquidación anual de derechos y el autor va a cobrarlos como un mayor porcentaje, estipulado en el contrato de edición, de los royalties acordados. A más ejemplares vendidos, mayor porcentaje.
• Edición revisada. A veces, cuando se han hecho ya varias reimpresiones, el libro puede imprimirse como una edición revisada en la que el autor actualiza o modifica el contenido original.
• Cambios de formato. Asimismo, según el curso de ventas, pueden proponerse nuevos formatos para el libro. Así, por ejemplo, un libro de tapa dura puede imprimirse como una edición de bolsillo.

La vejez: la vuelta al almacén editorial

Si nuestro libro no ha agotado la primera tirada, los ejemplares no vendidos vuelven, como he dicho, al almacén editorial. En esta etapa del ciclo vital, nuestro libro, si bien tímido, aún se deja ver en los escaparates online de las librerías, pudiendo sobrevivir y encontrar una última oportunidad a través de la venta digital.

Reproducción o muerte

Cuando finaliza el plazo por el cual la editorial adquirió los derechos de nuestra obra (plazo que es habitualmente de un año), pueden pasar dos cosas:

• Si las librerías siguen solicitando ejemplares, la editorial puede proponer un nuevo contrato de edición.
• Si las librerías ya no hacen pedidos, la editorial puede proponer la destrucción total o parcial de la tirada que permanece en el almacén (ejemplares devueltos o que no llegaron a ser sacados por la demanda). En este caso, el autor debe ser informado para, si quiere, adquirir el remanente a un buen precio, aunque antes de hacerlo es necesario que se plantee qué va a hacer con él, dónde va a almacenarlo y a quién va a distribuirlo. Amamos a nuestro hijo, pero a veces es necesario valorar si vale la pena mantenerlo obligadamente en un coma profundo y sin garantías de supervivencia o si es mejor darle una muerte digna y dejarlo ir definitivamente.

Reproducción o muerte: todo se centra en eso.